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Enviarán una nave al sol

Desde hace millones de años, las lenguas de fuego soplan su infierno hacia la galaxia. El Sol ostenta una fuerza real y simbólica tan impresionante que ni siquiera existen demasiados antecedentes literarios en los que algún personaje valiente se haya animado a arrimarse a su superficie. El hombre ha preferido hacer caso a la lección del mito griego: Icaro voló cerca del astro, sus alas se quemaron y cayó, rendido, al mar. Sin embargo, la NASA se empecinó en que es hora de volver a impresionar al público y, finalmente, viajará hacia allí. Lo más cerca posible.

La agencia espacial estadounidense comenzó a diseñar una nave resistente al calor, preparada para sumergirse a gran profundidad en la atmósfera solar. Su lanzamiento sería en 2015. Los responsables del proyecto aspiran a mantenerla por allí durante siete años. La misión lleva el nombre de Solar Probe + (Sonda Solar Plus, en español) y su objetivo será develar dos grandes misterios de la astrofísica: el por qué de la alta temperatura de la zona que se conoce como "corona " y por qué se desaceleran los particulares "vientos solares" en su superficie.

"Visitaremos una estrella viva, que respira, por primera vez en la historia", anunció la científica Lika Guhathakurta, de las oficinas centrales de la NASA. En su máximo acercamiento, la nave Solar Probe + estará a siete millones de kilómetros del Sol. Para eso, tendrá una estructura resistente, apta para sobrevivir y operar en el medio térmico intenso que encontrará en su viaje. Contará con un escudo de protección hecho de un compuesto de carbono que deberá soportar temperaturas superiores a los 1.400 grados centígrados. También tendrá que salir ilesa de estallidos de radiación jamás experimentados antes por otra sonda espacial. Naturalmente, la nave funcionará con la energía del Sol: obtendrá electricidad de paneles solares fríos. Y a la distancia en que se ubicará, captará imágenes de un Sol 23 veces más ancho de de cómo se ve desde la Tierra.

"Si se puede concretar la misión será fabuloso, es decir, la mejor forma de conocer las condiciones del Sol. No se saben muchas cosas sobre los procesos físicos que están involucrados", se entusiasmó Marta Rovira, presidenta del Conicet y experta en estudios solares.

La misión nace de la obsesión por resolver dos misterios: la alta temperatura de la corona solar y la desconcertante aceleración del viento solar. La corona es la atmósfera externa del Sol. En su superficie tiene alrededor de 6.000 grados. La intuición marca que la temperatura debería bajar a medida que crece la distancia respecto de la superficie. Pero, en este caso, no hay lógica: la corona registra temperaturas de más de un millón de grados centígrados, cientos de veces más caliente que el Sol, que está debajo. Y esto sigue siendo un misterio, 60 años después de que se la midió por primera vez. "Para resolver estos misterios la nave entrará a la corona solar. Ahí es donde está la acción", avisó Guhathakurta.

Además, el Sol expele un viento caliente de partículas cargadas, que viaja a millones de kilómetros por hora a través del Sistema Solar. Todos lo sienten: los cometas, los asteroides e, incluso, los planetas. Lo curioso es que cerca de la superficie del Sol no hay viento solar propiamente organizado, aunque entre los planetas existe un auténtico vendaval. Los científicos sospechan que, en algún punto intermedio, un agente desconocido imprime una gran velocidad a ese viento solar. Y nadie sabe por qué ocurre eso.

"Solar Probe + es una misión para dar respuesta a esos interrogantes. Permitirá tener pruebas contundentes para resolver este rompecabezas", le comentó a Clarín Roberto Venero, docente de Ciencias Astronómicas y Geofísicas de la Universidad de La Plata.

Esta gran aventura comenzará en 2015 y terminará en 2022. Se prevé que soportará una buena cantidad de tormentas cerca del final de su misión, lo que significa que habrá peligro. Pero la sonda --que cargará con un telescopio tridimensional-- podrá observar esos procesos en acción. Se zambullirá en la corona y será capaz de tomar muestras del viento solar y del magnetismo de manera directa. El análisis de esa información será valiosísima.

"Es una extraordinaria misión de exploración, de descubrimiento y de entendimiento profundo. Es muy emocionante", comentó Guhathakurta sobre este proyecto que está destinado, definitivamente, a convertirse en parte de la historia.